Venecia II: Murano y Burano

Ciao!

Ya estamos de nuevo aquí con nuestro segundo post en Where Journeys Begin: el tercer día en Venecia en el que fuimos a visitar las vecinas y coloridas islas de Murano y Burano. ¡No os lo podéis perder!

Como los dos días anteriores, fuimos a Venecia en tren desde Mestre, y una vez allí cogimos un Vaporetto para ir a Murano. Los Vaporetti son los “buses acuáticos” venecianos, que te llevan alrededor de la laguna pero también la comunican con las islas vecinas como Murano, Burano y Torcello (ésta última nosotros no la visitamos). Si queréis más información sobre los Vaporetti la encontraréis aquí. Pues bien, cogimos un Vaporetto que paraba en la isla de San Giorgio Maggiore ya que queríamos visitarla y además poder gozar de las vistas de la laguna de Venecia desde allí, tanto desde los pies de la basílica como desde lo alto.

Después volvimos a subir al Vaporetto que nos llevaba a Murano, nuestra segunda parada del día y donde íbamos a comer. Murano es conocida por su famoso cristal de colores. Nada más llegar a la isla (después de aproximadamente media hora en el “bus acuático” asados de calor) nos pusimos a pasear por su calle principal repleta de tiendas en las que venden su popular cristal mientras buscábamos dónde comer. Nos intentamos alejar un poco de la zona turística pero entre el calor y el hambre, paramos en el primer restaurante donde nos convencieron precios y pizzas por igual. Después de comer paseamos un poco más pero sinceramente, yo me moría de ganas de pisar Burano y perderme por coloridísimas callejuelas, así que volvimos a la parada de Vaporetto para ir hacia la isla de los colores.

Burano me fascinó nada más pisar su calle principal con las casitas bajas y de distintos colores, vivos, fuertes, limpios, resplandecientes ante la luz del sol de tarde. Es una explosión de color en las paredes y en el agua de los canales. Burano es conocida por su elaboración de encaje y nada más llegar, igual que pasa en Murano, ya se encuentran bastantes tiendas donde venden manteles, servilletas y demás hecho de encaje. Nosotros, como siempre, decidimos perdernos sin rumbo fijo por sus calles multicolor. Era alejarse un poco de las calles más céntricas y estar prácticamente solos. ¡Todo un lujo en pleno verano!

Burano es una isla pequeña, nosotros la recorrimos sin guía ni tener ninguna referencia de qué visitar, fuimos un poco “a lo loco”, pero tuvimos suficiente tiempo para verla en una tarde, aunque si por mi fuera, me hubiera quedado en una barquita del canal a dormir para ver salir el sol al día siguiente allí mismo, pero tocaba volver a Venecia.

Tengo que confesar que Pau y yo somo de andar (¡y mucho!) y excepto el viaje en un par de traghetti para cruzar el Canal Grande de un lado al otro, todavía no habíamos visto Venecia desde el agua, y no nos planteábamos coger una góndola con lo caro que era. Así que a la vuelta pudimos disfrutar y ver los elegantes edificios venecianos “a vista de canal” mientras iba cayendo la noche. ¡Simplemente precioso!

Como ya oscurecía y teníamos hambre, fuimos directos a cenar a la Zucca, donde ya habíamos comido el día antes y nos encantó. Cuando un sitio nos gusta, somo muy de repetir! Pero el colofón final del día todavía estaba por llegar: de camino a la estación para regresar a Mestre, nos encontramos con un concierto en una placita que ya ni recuerdo donde, decorada con bombillas de colores, muy estilo fiesta mayor de pueblo. El grupo tocaba canciones de dibujos animados de nuestra infancia (en italiano, claro) y nos hizo mucha gracia, por lo que nos quedamos un rato a verlos mientras nosotros cantábamos las canciones en catalán y castellano. Para nosotros, que tenemos nuestro lado friki, fue la guinda del día!

Vistas del Palazzo Ducale, en la Piazza San Marco, desde San Giorgio Maggiore

Esperamos que os haya gustado esta entrada tanto como a nosotros recordar estos lugares. Y si estáis pensando en viajar a Venecia próximamente y tenéis alguna pregunta no dudéis en dejar un comentario.

Y en unos días publicaremos el último artículo de Venecia: visita a Verona y el último día en la ciudad de los canales.

¡Hasta pronto!

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